miércoles, 30 de mayo de 2012

Hasta que la llave del silencio abra la puerta...



Soy esclava del silencio absoluto, de las cenizas que todo lo envuelven.  Cuanto más tiempo tienes, más te adentras en el reconfortante universo del olvido.

Los labios sellados del silencio, no muerden pero tampoco acarician. Un sórdido ataúd de recuerdos encierra para siempre el ruido infernal del pasado, ahora sólo estamos mi paz y yo.

Es la banda sonora que necesitaba mi vida, quien imaginaría que la soledad podía tocar para mí alegres canciones. En la oscuridad o en la claridad, él me guía por sendos caminos, donde no existen creencias ni supersticiones, sólo su ley.

Busqué en muchos ojos, muchas miradas, en demasiadas palabras un poco de fe, la paz se me escapaba entre los dedos como una brisa nerviosa, hasta que atrapé el silencio y lo hice mío.

Y ahora, es mi piel la que busca el frío de sus manos, son mis ojos, los que avistan lugares donde encontrarlo, es mi mente aturdida la que lo piensa hasta tenerlo, es mi corazón cansado el que le pide que vuelva. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me mola

Anónimo dijo...

me mola