domingo, 5 de febrero de 2012

Los muertos nos abren los ojos a los vivos

Miguel Delibes dijo: "Al palpar la cercanía de la muerte, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos resultamos insoportablemente banales"

No hay más que vivir, morir y permanecer. Todos vivimos y morimos, pero no todos permanecemos en ese espacio del recuerdo, llamado historia. La historia es un constante, permanecer, es un gran libro lleno de victorias y derrotas que nos enseña que cada persona, por insignificante que sea, puede dar un paso y cambiarlo todo. Me asombro, al comprender que todas nuestras decisiones se escapan a la deriva una vez que las tomamos y nos llevan a un rumbo desconocido, no importa los nudos que dejes atados, nadie puede estar convencido de que uno de esos rumbos no le lleva al final.

Si todos, dejáramos de ser banales por un momento y visualizáramos nuestro final, seguramente no acertaríamos. Como el final de todo buen cuento, el final de nuestra vida debe ser impredecible. No existen fechas, sólo días y hasta que lleguen sólo tenemos una labor: Decidir cómo vivir,pero la muerte al igual que la vida también nos pertenece, esto no se trata de ninguna impertinencia ni desafío, se trata de llegar a tu destino respetándolo, sabiendo que tus acciones van a permanecer, porque orgulloso de ti mismo tomaste las riendas y diste lo mejor de ti en cada momento.

La historia y los héroes, sólo nos recuerdan lo frágiles y a la vez fuertes que somos. 

A Javier, Rodrigo y Jose Antonio, los tres policías caídos en A Coruña en su intento de salvar a un joven que el mar arrastraba en la madrugada del 27 de Enero. El mar no entiende de ángeles ni demonios, por lo que a ellos también les arrastró, dejando atrás amaneceres y atardeceres que otros no sabemos apreciar, a padres, madres, esposas, hijos y compañeros que siempre les recordarán.

Allá, donde estéis nos habéis dejado una valiosa lección a todos los que nos quedamos en este mundo, en el cual, ahora sin vosotros es más difícil encontrar la nobleza y el valor.

1 comentario:

chiri dijo...

Debemos de vivir el presente sin presentarnos en exceso por el futuro, añorando lo justo el pasado.
Ha de existir una conjunción y un equilibrio, ya que si vives cada día como si fuera el último, pienso que sería tan intenso que resultaría agotador y estresante.
Tenemos que soñar con el futuro y recordar los momentos agradables del pasaado conjugandolos con nuestro vivir diario.