jueves, 26 de enero de 2012

El Malafollosky


Lejos de extinguirse, el “Malafollosky” es un personaje que ha proliferado a sus anchas en ciertas zonas de nuestra península. También llamado “malaleches” o “sieso”, el Malafollosky se caracteriza por su falta de amabilidad y empatía con los que le rodean.

Caminan iracundos y con aire impasible, como si la calle se tratara de un ring de boxeo, su mejor gancho, es su desarrollada lengua viperina, que no dudan en utilizar para ir soltando improperios a todo aquel que se choque con ellos o simplemente no actúen conforme a sus caprichosos principios de civismo. Necesitan encontrar un chivo expiratorio  de todas sus molestias y desdichas, no os sorprendáis si su intento es el de humillaros.

Los 7 mandamientos del malafollosky:

1.       Llevará siempre razón en caso de duda razonable, y aunque no haya duda y no la lleve, también.
2.       Hablará en un tono elevado y desagradable, para que sus improperios sean oídos por todos.
3.       Te devolverá miradas de estreñido, esperando a que apartes la tuya, si le miras directamente a los ojos, esto será todo un desafió para él, que obsesivo no se retirará.
4.       No saludará con excesiva efusividad, vayamos a creer que tiene sentimientos.
5.        Meterá un taco cada dos o tres frases, para hacernos plenamente conscientes de su mal humor.
6.       Refunfuñará por tal de llevar la contraria o buscar pelea, llegado este punto, da igual que huyas, te perseguirá martilleándote hasta conseguir discutir.
7.       Nunca se enamorará y en caso de hacerlo, emprenderá un viaje a la Antártida o al desierto hasta que se le pase.

Subespecies:
Es curioso que esta especie se ha colado también en el mundo laboral, desde camareros prepotentes hasta conductores de autobús coléricos. Y ¿quién no se ha cruzado con el típico malafollosky oficinista? Esos que da miedo entregarles un papel y que te falte algo, porque te ladran y de no ser por la mampara de cristal que les ponen, pienso que morderían. Nadie les ha explicado, las ventajas de vivir sin pensar que todo el mundo está conspirando contra ellos, de que los demás tenemos mejores cosas que hacer que molestarnos en escuchar sus rugidos y que así están más cerca del infarto que de conseguir sacar algún beneficio. Después, está el vecino malafollosky, no hay nada como una visita de tu vecino maniaco compulsivo, al que le molesta el ruido del interruptor de una lamparita y el deslizar de tu cortina, se ha debido cargar unos cuantos tabiques dando martillazos a las paredes cada vez que uno de estos "ruidos" le despierta, demos gracias a que no trae el martillo consigo, aunque lo que nunca se olvida es la su "amabilidad". 

Antídotos: Hakuna matata, Carpe diem y todas las que os sepáis
Si tú eres un malafollosky, te compadezco, te estás perdiendo VIVIR, ignoro los motivos, supongo que un mal día detrás de otro, pero como me dijeron una vez todo está en la mente, con ella controlas cualquier cosa que te propongas. Si la gente consigue quitarse de fumar ¿por qué no puedes quitarte tú de mal vivir contigo mismo y con los demás? Me gustaría plantear que por cada buena acción que hagas, algo positivo se genera, y esto casi siempre se te compensa de algún modo, aunque sea con la propia satisfacción de que has ayudado a alguien. Por desgracia…no podemos ayudar a todo el mundo, pero una forma de intentarlo es regalar una sonrisa de vez en cuando, recuerda que el más agarrado de los agarrados es aquel que gratis, no puede regalar una sonrisa. 

1 comentario:

chiri dijo...

Me parece soberbia la descripción que haces del malafoiosky. opino que son personas altivas y vanidosas incapaces de pedir perdón y de rebajarse o pedir ayuda a los demás, lo único positivo de los malafoiosky es que los ves venir y puedes conocerlos pronto, Doy gracias por no tener ningún amigo mala...........