Ojalá tus palabras llegaran aquí, como un rayo de luz que
silencia las voces que dicen que no me amas. A lo que ellas llaman engaño, yo le
llamo el hechizo de tu sonrisa.
Quizás somos parte de la historia de la inexistencia, de un
vació inmenso como el de mi alma que desgastada, sólo busca un te quiero en tus
caricias.
Estas cosas pasan, una
reacción química me conecta a tu energía tan positiva como negativa, tan
adictiva como una droga.
Hay noches, en que la abstinencia se apodera de mí cuando te
imagino inalcanzable en otros brazos, las lágrimas me abrasan y al cerrar los
ojos, el sueño de tus ojos verdes, los
mismos que me dicen que no habrá mañanas, se clava en mi pecho.
Te hecho tanto de menos que mis latidos se han apagado y las
agujas de mi tiempo han caído junto con todas las promesas rotas.
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